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"PARA QUE PECAR" Ray Robles. Colección Himnos Tradicionales


"Halloween la fiesta de las Tinieblas"

sábado, 22 de marzo de 2008

"La Falta de Comunión entre los creyentes" (Pulse aquí para texto completo)

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones." (Hechos 2: 42)


). El significado etimológico de la palabra comunión, viene del griego Koinonía cuya raíz es Koinos o “común a varias personas”, pero el sentido bíblico de la palabra expresa la vida en unidad por medio de la reconciliación con Dios
Por lo tanto, Entendemos por comunión la bendición de vivir en unidad compartiendo de los bienes espírituales y en reconciliación con Dios y nuestro prójimo.
Nunca podríamos llegar a tener real comunión con nuestro prójimo, sin antes, estar en comunión con Dios en Jesucristo;
"Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.">strong> (1ª Juan 1: 3).
De la misma manera la Biblia nos asegura que mientras estemos separados sin razón bíblica, en enojo injustificado con nuestro hermano o hermana, no puedo llegar a tener una comunión real con mi Creador.
Cuando el libro de los Hechos nos presenta la visión de una Iglesia rica en compromiso y comunión, nos está presentando al cuerpo integral que entendió y practicó la doctrina de Jesucristo, esto no significa por cierto que todos lo hicieron y que todo fue perfecto, a menudo vemos como los apóstoles tuvieron que exhortar y enseñar contra los males que perturbaban la comunión en las congregaciones de la Iglesia Apostólica. ¿A qué se debería esto?; las razones son las mismas por lo que muchas congregaciones hoy son destruidas y otras tantas sufren profundas heridas; El enemigo de la comunión, aquel que vino para, "...matar, robar y destruir", Satanás, actúa y lucha contra. El cuerpo santo que es la Iglesia.
Esto quizás no es gran novedad para el creyente informado, lo sorprendente para muchos es que Satanás a menudo se vale de cristianos desprevenidos, débiles y que son fáciles y útiles portadores de la semilla de maldad, que siembran cizaña, que se entregan a los sentimientos carnales y se dejan arrastrar por las corrientes destructoras viviendo permanentemente en afectos carnales, rencillas, chismes y enojo; "Estos son manchas en vuestros convites..., las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; (Judas 1: 12)
¿Por qué sucede esto? La misma palabra nos da la respuesta; "Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las Escrituras, y el poder de Dios." (Mateo 22: 29), cuando el creyente no se fortalece en el estudio de la Palabra de Dios, desconoce las formas que el Padre de toda comunión nos ha dejado para vivir y conducirnos adecuadamente, de tal manera que podamos superar toda dificultad, diferencia o problema que afecte mi comunión con mi hermano y con mi Padre Celestial.


La Comunión en las Congregaciones

No podemos dejar de recordar que la comprensión de cual debe ser mi relación y comunión con nuestros hermanos y, pasa primeramente por la comunión con mi Padre, ningún ser humano que no se haya reconciliado con Dios, puede decir que goza de esta comunión. En primer término debemos estar a cuenta con nuestro Creador.
Cuando somos hijos de Dios, reconciliados con El, entendemos que su voluntad es la comunión entre los santos; Jesucristo rogó por ello diciendo; "Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste." (Juan 17: 21), recordemos una vez más lo establecido en la primera epístola de San Juan;"Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo." (1ª Juan 1: 3). El hijo de Dios es llamado a vivir una vida en comunión con sus hermanos, especialmente destacando que la comunión entre los santos debe ser una vida de unidad, donde la edificación sea mutua y permanente.en todo aquello que resulta común al cuerpo. Pero si bien la Biblia es clara y entendemos que Dios desea que vivamos en comunión, también nos señala que Satanás se opone a la misma, buscando todo recurso para atentar contra la comunión de los santos; Satanás desea destruir y dividir la Iglesia.
El creyente; cada uno de nosotros, está llamado a luchar por nuestra comunión, de tal manera que seamos unánimes en el deseo de mantener puro el cuerpo de Cristo, más aún cuando comprendemos que si bien pueden existir factores externos que comprometan la unidad de la Iglesia, los factores más peligrosos están al interior, ya que con mayor generalidad, Satanás utiliza a los mismos hijos de Dios para realizar su labor destructiva, de ahí que debamos estar apercibidos sobre las maquinaciones del enemigo.
Sin duda que la principal arma que utiliza el engañador, es nuestra carnalidad; cuando nos dejamos llevar por ella, proliferan todo tipo de ataques contra la comunión y la unidad de los miembros; "Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?" (1ª Corintios 3:3) "¿DE dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros?" (Santiago 4: 1), El principal frente de combate para mantener nuestra comunión está en nuestra propia carnalidad "Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede. Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu. Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios." (Romanos 8: 7, 5 y 8).
Cuando un creyente carnal no lucha por crucificar la carne y sus deseos, será una presa fácil para el destructor, y será un hermano o hermana conflictiva, raíz de un cúmulo de problemas que afectan la comunión. Pablo escribiendo a la Iglesia de Gálatas escribe:
"Y si os mordéis y os coméis los unos á los otros, mirad que también no os consumáis los unos á los otros. Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne. Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisieres. Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos á los otros, envidiándose los unos á los otros."
(Gálatas 5: 15-21,26)
En este listado de las obras de la carne podemos observar unas cuantas cosas que son distintivas del ataque de Satanás en contra de la comunión:
1.-enemistades: el provocar la enemistad entre los hermanos es obra del diablo, pero necesita un corazón rencilloso que contamine al resto.
2.-pleitos: peleas que conllevan rencor contra alguien, que de hermano pasa a ser mi enemigo
3.-celos: sentimientos de inseguridad que nace y se alimentan de un corazón maleado, pronto al mal.
4.-iras: rabia contra algo o alguien, sentimiento incontenible que va quemando el alma
5.-contiendas: desacuerdos provocados por enredos, murmuraciones, chismes parlerías como aquellas mujeres reprendidas en 1ª Timoteo5: 13 etc.
6.- disensiones: oposición y enfrentamiento aún al mismo Dios y su Palabra. Llega a ser tal que puede rápidamente abarcar a otros a una oposición rebelde y satánica, provocando la perdida del temor a Dios.
7.-envidias: sentimiento provocado por la inconformidad con lo propio, avaricia oculta que lleva a actuar irracionalmente y además carcome aún los huesos.
8.- mundanalismo: la incapacidad de decir no al mundo y sus concupiscencias, arrastrando los afectos, las formas y vicios mundanos a la vida y a la congregación.
9.-calumnia: un corazón engañado utilizará siempre su lengua para destruir y hacer daño, "diciendo todo mal de vosotros por mi causa, mintiendo" (Mateo 5: 11)
10.-imprudencia: acción apresurada que provoca que salgan de nosotros malas obras y torpes palabras (Colosenses 3: 8).
11.- Falta de Comunicación “Y de hacer bien y de la comunicación no os olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios.” Hebreos 13: 16
Todas estas cosas y otras son parte de la carnalidad y son factores que atentan contra la comunión en una congregación., en particular el último punto; La comunicación juega un rol importante en la comunión de todas las áreas en que se relaciona un hijo de Dios: detengámonos a considerar brevemente este aspecto:
La Comunicación en el creyente:
La comunicación es inherente a la creación de Dios, ya que Dios es el ser Comunicador por excelencia. “EN el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” Juan 1: 1. Esto lo observamos desde la creación en el libro de Génesis notamos su comunicación, como una secuencia de órdenes verbales. Él dice: "¡Que haya luz". Y hubo luz... A través de la historia de su pacto con el pueblo de Israel, Dios dialoga con ellos por medio de sus jueces, reyes, profetas y sacerdotes. Para llegar a la encarnación misma de su comunicación o manifestación a la humanidad “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1: 1, ósea en Cristo.
Hoy la Biblia nos testifica; “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno.” 1 Juan 5: 7
La Comunicación, entiéndase por ello paralingüísticas o lingüísticas, al igual que todo lo proveniente de Dios, es una buena dadiva que fue pervertida por el pecado y que se convirtió en canal de corrupción del hombre hasta nuestros días, Ejemplo; Adán y Eva, Torrede Babel, etc.Por este motivo la comunicación muchas veces entre las personas resulta imposible, ya que está impregnado de los efectos del pecado y la carnalidad. El hijo de Dios debe urgentemente entender que desde el momento en que nos convertimos debemos procurar desarrollar y reestablecer una buena comunicación, para saber transmitir el testimonio de nuestra salvación como así también ideas, pensamientos y sentimientos. La comunicación eficaz implica que se dé el orden a saber un emisor un receptor y un código común. (Nota.-Podemos indagar más en este tema solicitando al autor el tema en particular)
Pablo exhorta: “Doy gracias á mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones. Oyendo tu caridad, y la fe que tienes en el Señor Jesús, y para con todos los santos; Para que la comunicación de tu fe sea eficaz, en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros, por Cristo Jesús.” Filemón 1: 4- 6
La comunicación es vital para la comunión verdadera.

Una Congregación que ama al Señor y que ama lo que Dios nos ha dado no debe permitir que los afectos y conducta carnal se apoderen de la misma. Debe procurar andar en luz y oponerse firmemente a las tinieblas.
¿Cómo hacer esto?; La Biblia nos exhorta a despojarnos del viejo hombre lleno de pecado y presuroso al mal a andar en el Espíritu Santo; La Biblia nos presenta el desafío de revestirnos de un hombre nuevo conforme a la imagen y voluntad de Dios:
"SI habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría: Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión. En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas. Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca. No mintáis los unos á los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, Y revestidos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme á la imagen del que lo crió; Donde no hay Griego ni Judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni Scytha, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos. Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia; Sufriéndoos los unos á los otros, y perdonándoos los unos á los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección. Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas."
(Colosenses 3: 1- 14, 25)
Así como encontramos de una manera distinguible los males que afectan la comunión entre los santos, la Biblia también nos muestra en forma práctica cuales son aquellos frutos de una vida espiritual que permitirán una comunión real y duradera; En la lectura de la epístola a los Colosenses distinguimos:
1.- Misericordiosos: capaces de vertir en la relación con mi hermano la misma misericordia que el Señor tuvo conmigo. (Lucas 6: 36)
2.- Benignos: deseosos de hacer el bien a todos; especialmente " a los domésticos de la fe". (Efesios 4: 32; Gálatas 6: 10)
3.- Humildes: sin altanería ni menosprecio estimándonos inferiores los unos a los otros (Filipenses 2:3).
4.- Mansos: capaces de actuar sin dar lugar a la ira y a la contienda.
5.- Tolerantes: aprendiendo a sobrellevar a los más flacos, "sufriéndoos los unos a los otros"
6.- Prudentes: siendo sabios y temerosos de Dios en el trato, la acción y las palabras para con los demás. (Efesios 5: 17)
7.- Sobrios: no desmedidos en nuestro accionar, reflexivos. (1ª Tesalonicenses 5: 6, 8)
8.- Compasivos: teniendo piedad y preocupación por aquellos hermanos que son necesitados.
9.- Amigables: buscando la amistad no según los parámetros del mundo sino la comunión amistosa en amor.
10.- Caritativos: demostrando nuestro cariño y amor por nuestros hermanos (1ª Pedro 3: 8).
De la misma manera debemos señalar que una vez que el creyente deja el dominio de su vida al Espíritu Santo, ira ascendentemente edificándose, aprendiendo y recibiendo en su vida nuevos frutos que allanaran el camino de la comunión con nuestros hermanos y hermanas.
11.- Comunicativos

Disciplina y Procedimiento Bíblico para salvaguardar la Vida en Comunión.

Dios en su inmensa sabiduría dejó la provisión necesaria para mantener un orden disciplinario en la Iglesia; La disciplina en la congregación, no tiene como fin castigar a nadie, sino hacer que se mantenga un orden adecuado al cuerpo santo. El castigo sólo quedará para el Juez Justo, quien dará a cada uno de nosotros el justo pago por lo que hicimos o dejamos de hacer. La Iglesia, Los Pastores o Dirigentes sólo somos administradores de esta disciplina y debemos aplicarla con temor de Dios.
La disciplina bíblica contiene procedimientos o formas claras como se debe proceder en cada ocasión, por ejemplo cuando alguien comete pecado que afecta su vida y el testimonio de la congregación debe ser tratado de una forma ya establecida, reprendiendo y no aceptando el pecado, al mismo tiempo presentándolo a la congregación con la finalidad de que sea declarado para perdón y para que exista respeto a Dios. "A los que pecaren, repréndelos delante de todos, para que los otros también teman." (1ª Timoteo 5: 20). En este ejemplo vemos como funciona también la obra restauradora de Dios, ya que al hacer la confesión pública cuando se ha cometido pecado en perjuicio del testimonio o de la misma congregación, se comienza el proceso real de restauración, reparando algo que fue roto; teniéndose la oportunidad de recomenzar una vida plena en el Señor. La congregación cuando esto acontece sólo tiene una opción según las enseñanzas de Cristo; perdonar y restaurar al hermano caído.
De la misma manera la Biblia contempla formas para restablecer la comunión cuando por algunos de aquellos factores o frutos carnales se ha perdido. El procedimiento no debe alterarse debe ser cumplido por que cada paso tiene su propósito, Jesucristo estableció las formas de relación entre los hermanos de una congregación. Leamos
“Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego. Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente. “(S. Mateo 5: 22- 24), también Jesucristo señaló: " Mirad por vosotros: si pecare contra ti tu hermano, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día se volviere á ti, diciendo, pésame, perdónale." (S. Lucas 17: 3-4)
"Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele entre ti y él solo: si te oyere, has ganado á tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo uno ó dos, para que en boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra. Y si no oyere á ellos, dilo á la iglesia: y si no oyere á la iglesia, tenle por étnico y publicano. De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo." (S Mateo 18: 15- 18)
En esta presentación de las formas y procedimientos a seguir, Cristo nos indica los pasos claramente para que si alguien ve que su comunión con su hermano o hermana se ha perdido, sepa como proceder, no de acuerdo a como nosotros creamos, sino a como Dios en su Palabra nos ha indicado:
1º Si algún de nosotros sabe o discierne que alguno de mis hermanos ha hecho o procurado hacerme un daño, ya sea ofensa, calumnia, a mentido, me ha robado etc. debo yo ir a el y presentarle mi reclamo con el propósito de que reflexione, redarguya y se arrepienta. Al mismo tiempo debo de avisar a la autoridad pertinente ósea al Pastor, de tal hecho (1ª Timoteo 5: 19). Si mi acusación o el que haya hecho ofensa fuera un anciano o dirigente debo de ir a dar testimonio con dos o tres testigos directos de aquella falta.
2º Si el hermano que ha hecho mal no atendiere debo de hablar estando uno presente, comúnmente se solicita la asistencia del Pastor o un miembro oficial de la Iglesia, que se haga parte y testigo de lo que tuviere que decirle.
3º Habiéndose agotado esta instancia y el hermano en cuestión aún no quiera reconocer, puedo volver con dos o tres testigos a hacer uso de mi acusación, entonces podrá intervenir un consejo para solucionar tal problema.
4ºSi aún no oyere al consejo que es cuerpo representativo, " dilo a la Iglesia"
5º Si aún a la Iglesia no oyere téngase por " étnico" o " publicano", ósea debe ser recluido de ordenanzas especiales, degradado de la dignidad como miembro o bien separado o expulsado de la Iglesia.
En la restauración de la comunión y procedimiento interviene el mandato bíblico de perdón, por lo que se establece que cuando deseo restablecer mi comunión con mi hermano debo ir con la disposición de perdonar sinceramente todo y cuantas veces fuera necesario a aquel que me hubiera ofendido. Perdonar como Dios a mí me perdona.

La Biblia nos indica también una forma como debemos comportarnos con aquellos hermanos que procuran la discordia o son tomados por el enemigo para sembrar la falta de comunión; "Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos." (Romanos 16: 17)
"Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme á la doctrina que recibieron de nosotros:" (2ª Tesalonicenses 3: 6).
Esta manera de proceder debe ser en profunda caridad no dejando sólo al hermano, sino manifestándole con claridad que yo no puedo estar unido a el en sus disensiones o faltas, pero si yo veo que estoy en peligro, cortar toda relación hasta que el hermano entre en orden. Será la medida más sabia.
En mi compresión del cuidado de la grey que el Señor me ha dado, entrego estas enseñanzas con el propósito que seamos enriquecidos con los dones divinos, y nuestra congregación camine segura por el camino que el Señor nos ha indicado, y lo hagamos despiertos y alertas.
Al mismo tiempo en la comprensión de mis deberes como administrador y apacentador de nuestra grey (1ª Pedro 5: 2), entrego estas enseñanzas pastorales para seamos conducidos por el Pastor de los Pastores a los pastos más tiernos y frescos que ofrece la sana doctrina.


En Cristo
Rdo. David Horta S.
Pastor.

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jueves, 20 de marzo de 2008

El Verdadero Sacrificio 19 Marzo 2008 (Pulse aqui para leer texto completo)

El Verdadero Sacrificio (mensaje publicado en "Mensaje de Paz")

Al hurgar en la historia de la humanidad se observa en los vestigios de las diversas culturas indígenas, prácticas y costumbres comunes. Especialmente en el área de las creencias religiosas, una de esas prácticas fueron los “sacrificios”; Seres humanos y animales, eran inmolados con el propósito de alcanzar un favor especial de “los dioses”. Se admite universalmente, que estaba arraigada la idea de que la divinidad estaba irritada contra la sangre y carne del hombre, por lo cual no podía aplacarse la ira de los dioses, sino que con los mismos elementos; La idolatría fue entonces alimentada por un razocinio diabólico que establecía que la eficacia del sacrificio estaba en directa relación con la víctima que se ofrecía, cayendo en el horrible asesinato de seres humanos y aún más atroz es pensar que en muchas culturas, se escogían niños inocentes que eran ofrecidos “por su pureza”. Uno de esos pueblos fueron los Chibchas, antiguos habitantes de la hoy hermosa Colombia, estos cuando guerreaban, procuraban de sus enemigos apresar a niños que los sacrificaban al sol, algunos eran muertos inmediatamente a otros los cuidaban con esmero y en la ocasión propicia, los degollaban y derramaban su sangre por el suelo y pintaban los postes creyendo en el poder expiatorio y de agrado a su divinidad, luego sus cuerpos eran llevados a escarpados montes donde eran ofrecidos para que el sol los devorara.
La sangre de muchos niños fue derramada en la práctica de los sacrificios humanos como tributo o pago supersticioso a los ídolos.
Estos vestigios de un pasado sombrío y de ignorancia junto a la práctica de ofrecer sacrificios tiene su continuidad aún en nuestros días, el hombre busca aún formas de ofrecer “algo” a “alguien” que es superior. La religión se aprovecha del sentimiento interior de culpabilidad del hombre y apela a sus costumbres ancestrales, elaborando un complejo sistema en el que se mezcla lo “santo y lo pagano”, sistema muy marcado especialmente en la cultura actual de muchos pueblos de América, sistema que incluye el sacrificio permanente de la misa y otras tradiciones humanas que nunca podrán acabar con la culpa del pecado.
¿Serán necesarios hoy los sacrificios?
La pasada y actual ignorancia sombría, se debe fundamentalmente al desconocimiento de la revelación de Dios en su Palabra. Dios no desea el sacrificio que el hombre pueda hacer: “Sacrificio y presente no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado.” (Salmo 40: 6). Es también cierto que Dios instruyó en su tiempo a su pueblo Israel respecto a los sacrificios y ofrendas que el pueblo ofrecía como carneros, bueyes, vacas, becerros, tórtolas, palominos o un cordero, pero toda esa instrucción detallada y rigurosa tenía un profundo simbolismo y propósito de fe, eran figuras que apuntaba al tiempo propicio del cumplimiento del verdadero y único sacrificio eficaz para librar al hombre de la culpa del pecado original. El verdadero sacrificio no podía ser ofrecido por el hombre para el hombre ya que; “El sacrificio de los impíos es abominación: Cuánto más ofreciéndolo con maldad!” ( Prov. 21: 27) El verdadero sacrificio, sólo podía ser otorgado por Dios a favor de los hombres. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3: 16)
Cuando Jesús descendió por las laderas del Jordán, Juan el bautista pronunció las palabras justas “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” (Juan 1: 29), cuando Cristo se ofreció a si mismo como ofrenda acepta a Dios por los pecados de la humanidad, se concretó el único y verdadero sacrificio perfecto y fue solo por amor. Dios manifestó su amor por ti, por mí y por cada criatura. Hoy ya no es necesario otro sacrificio, no hay otra ofrenda por el pecado, lo que si es necesario para hacer efectivo el verdadero sacrificio, es quebrantar la vida y disponer el corazón al arrepentimiento de toda maldad y aceptar a Jesucristo y su obra de sacrificio hecha para nosotros una vez y para siempre. El salmista expresó; “Porque no quieres tú sacrificio, que yo daría; No quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.” (Salmo 51: 16, 17) Y el libro a Los Hebreos determina: “Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo, dice: sacrificio y presente no quisiste; Mas me apropiaste cuerpo: Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.Entonces dije: Heme aquí (En la cabecera del libro está escrito de mí) Para que haga, oh Dios, tu voluntad. Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, (las cuales cosas se ofrecen según la ley,) Entonces dijo: Heme aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo primero, para establecer lo postrero. En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez. Así que, todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados: Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios,” (Hebreos 10: 8-12).

Rdo. David Horta Sepúlveda.

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"SUBLIME GRACIA"


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¡Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros!; Estaremos alegres.